GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA EN MÉXICO
México es un país con una gran diversidad, es un
mosaico de múltiples realidades sociales, en él conviven sectores del más alto
nivel económico y tecnológico y otros con grandes rezagos sociales y económicos.
Estas desigualdades también tienen una expresión territorial, en toda su
extensión se manifiesta una gran desigualdad de ingresos, de bienestar, de población
y de actividades productivas.
Estas condiciones
han existido durante mucho tiempo y provoca que grandes sectores de la
población se encuentren en condiciones de pobreza y pobreza extrema, a pesar de
haber contado con períodos de alto crecimiento económico, y de políticas
explícitas para disminuirla. Las soluciones que se han propuesto en cada
momento histórico ha tenido pocos resultados o nulos y estas condiciones han permanecido
casi sin variación, incluso en algunas ocasiones se han agudizado. A pesar de
que esta situación tan grave se presenta en forma aguda en algunas regiones del
país es posible afirmar que, con diversos matices, no existe ningún lugar donde
no se presente en alguna medida.
Los modelos de
desarrollo actuales parecen insuficientes sobre todo porque la actual dinámica
mundial parece encontrarse en una situación paradójica. Nunca como en ningún
momento de su historia, la humanidad ha alcanzado tantos logros en tecnología y
conocimiento que permiten alcanzar edades promedio altas, una vida confortable
y con comunicaciones instantáneas a todo el planeta. Pero, por el contrario,
como nunca antes en la historia grandes cantidades de población se encuentran
en condiciones de pobreza, la desigualdad se incrementa entre ricos y pobres, y
además pronto se alcanzarán umbrales críticos de población y de importantes
recursos naturales no renovables. Esta problemática a pesar de ser una
preocupación a nivel mundial y de buscar alternativas de solución, los avances
son escasos debido principalmente a los grandes intereses económicos que se
verían afectados por los cambios necesarios.
Las políticas se
mantienen vinculadas a enfoques funcionalistas, cuyo propósito es alcanzar un
crecimiento económico sostenido y un modelo asistencialista focalizado, limitándose
a tratar de minimizar las consecuencias del modelo y no de actuar sobre las
causas.
El cambio
ambiental, la contaminación de aguas, la deforestación, el agotamiento de recursos
como el petróleo, son solamente algunos de los ejes que exigen el planteamiento
de un proyecto de desarrollo social bajo premisas muy distintas de las actuales.
Estos ejes se van incorporando a pasos muy lentos en la agenda social de las
economías desarrolladas, sin embargo en los demás países las preocupaciones más
importantes se refieren a lograr un crecimiento económico sostenido para eliminar
sus rezagos sociales y disminuir la desigualdad.
Por esta razón, la
búsqueda actual del crecimiento económico, en cualquier país, debe incluir,
necesariamente: la redistribución social y territorial, la equidad y la sustentabilidad.
Estos elementos son prioritarios en el planteamiento de un nuevo modelo, por
esta razón parece mas acertado hablar de un modelo socio-económico sustentable
y territorialmente equilibrado.
En este sentido se
ubica este trabajo que si bien tiene como eje fundamental el territorio, éste
no se analiza como un elemento natural, sino como sustento de la vida humana y
como receptor de ella misma, en los aspectos positivos y negativos, en su
conservación y en su uso y deterioro.
Autor: Karla Dorantes Hernández
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